Juan nos dio un ejemplo de entereza y dignidad. Luchó hasta su último suspiro sin dejar de afrontar la realidad. Planto cara al bicho que por dentro lo iba devorando y sin dejar la ilusión por vivir le hecho un par de cojones y se fue al quinto coño en busca de una nueva oportunidad. La esperanza por vencer a la bestia que le estaba arrancando la vida pudo más que el desespero. Partió en lo que sería su último viaje, se fue a Cuba como uno de los exploradores de antaño con afán de descubrimiento, en busca de un veneno que matara al innombrable que llevaba dentro. Las pasó canutas en un viaje que se le hizo interminable por momentos no mostrando flaqueza ni cediendo un paso hacia la meta que se había marcado, y a pesar de todos sus esfuerzos, de su lucha a muerte con la bestia, fue derrotado… Preparó su despedida ordenando los detalles imprescindibles para los que quedan, y nos dijo adiós con su último aliento, dejándonos con las lagrimas negras del dolor , con la sensación de sentirnos timados por la propia vida, esta vida que nos sorprende a cada momento, y muchas veces tan injusta con los que queremos.

Vivimos muy deprisa... demasiado deprisa, tanto que cuando nos queremos dar cuenta hemos cruzado gran parte de nuestra vida sin casi haber apreciado las pequeñas cosas, lo que realmente importa y nos llena. Desde aquí robaré un soplo al tiempo para los susurros y suspiros, los mios y por supuesto los tuyos.
viernes, 4 de marzo de 2011
El último viaje "lagrimas negras"
Juan nos dio un ejemplo de entereza y dignidad. Luchó hasta su último suspiro sin dejar de afrontar la realidad. Planto cara al bicho que por dentro lo iba devorando y sin dejar la ilusión por vivir le hecho un par de cojones y se fue al quinto coño en busca de una nueva oportunidad. La esperanza por vencer a la bestia que le estaba arrancando la vida pudo más que el desespero. Partió en lo que sería su último viaje, se fue a Cuba como uno de los exploradores de antaño con afán de descubrimiento, en busca de un veneno que matara al innombrable que llevaba dentro. Las pasó canutas en un viaje que se le hizo interminable por momentos no mostrando flaqueza ni cediendo un paso hacia la meta que se había marcado, y a pesar de todos sus esfuerzos, de su lucha a muerte con la bestia, fue derrotado… Preparó su despedida ordenando los detalles imprescindibles para los que quedan, y nos dijo adiós con su último aliento, dejándonos con las lagrimas negras del dolor , con la sensación de sentirnos timados por la propia vida, esta vida que nos sorprende a cada momento, y muchas veces tan injusta con los que queremos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Que gran verdad, va a ser dificil de olvidar.
Publicar un comentario