lunes, 21 de febrero de 2011

Carpe Diem - Aprovecha el momento, no lo malgastes

Me acabo de dar cuenta que tengo menos tiempo para vivir en adelante que lo que he vivido hasta ahora. Me siento como un niño con una bolsa llena de caramelos, los primeros los come con rapidez, sin saborearlos, royéndolos, pero, cuando se da cuenta que le quedan pocos, empieza a comerlos lentamente y los saborea más.
Ya no tengo tiempo que perder, no me apetece lidiar con mediocridades estando en reuniones donde desfilan egos inflados, escuchar a los que no tienen nada que decir.
No soporto a los oportunistas, los trepas, que siempre he tenido cerca. No tolero a los envidiosos que tratan de desacreditar a los que son más capaces que ellos para apropiarse de sus lugares, ideas y logros. Ya no tengo tiempo para proyectos megalomaníacos. No participaré en proyectos que establecen reglas engañosas para erradicar la miseria en el mundo. No quiero que me inviten a eventos donde se pretende solucionar los problemas del milenio. Ya no tengo tiempo para reuniones interminables donde se discuten: estatutos, normas, procedimientos, formas y políticas, sabiendo que todo quedará me nada, en un proyecto más olvidado en un cajón. Ya no tengo tiempo para soportar melindres de personas que, a pesar de su edad cronológica, son unos inmaduros. No quiero ver las agujas del reloj avanzando en reuniones absurdas donde sólo se siguen directrices absurdas que luego venden como espejismos que se extienden como una mancha de aceite entre los cortos o cómodos de pensamiento.
Me molesta ser testigo de las puñaladas que genera la lucha por "El poder". Mi tiempo es escaso como para discutir títulos; quiero la esencia. Mi alma tiene prisa. Sin muchos caramelos en la bolsa, quiero vivir al lado de gente humana, muy humana, que sepa reírse de sus defectos y de sus errores, que no restriegue sus triunfos a los débiles, que no se considere vencedor antes de tiempo, que no huya de sus responsabilidades, que defienda la dignidad de los marginados y que desee sólo caminar al lado de la verdad. Caminar junto a cosas y personas reales.
Disfrutar de un afecto absolutamente sin fraudes, nunca será una pérdida de tiempo. Lo esencial es lo que hace que la vida valga la pena. Quiero rodearme de gente que sepa tocar el corazón de las personas, abrazar el alma. Gente a la que los golpes duros de la vida, les haya enseñado a crecer, a madurar el alma.
Si.... Tengo prisa por vivir con la intensidad que sólo la madurez puede dar. Pretendo no desperdiciar ninguna parte de los caramelos que me quedan....
.... porque estoy seguro que serán más exquisitos que los que hasta ahora he comido. Mi meta es llegar al final satisfecho conmigo mismo.
¿Y tu meta cual es para este tiempo mágico que nos queda? Porque el camino de la vida es corto. Tenemos que buscar tiempo para vivir, disfrutar y ser felices. Aprovechemos nuestro tiempo de Rock & Roll para saborear con intensidad las pequeñas cosas y pasar de la mediocridad. El tren de la vida sigue avanzando y sólo viaja en una sola dirección, no hay retorno al punto de partida. Tenemos que aprender a saborear el momento.

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