Este mundo de enfrente se encarama donde puede y es tuyo sin saberlo, a tu vida traiciona sin buscarlo y no tienes la culpa.
En el pasado fuiste feliz con la tranquilidad de aquellos sueños, todas las promesas:
habitaba en tu mente un bosque inmenso y siempre te asombrabas con el murmullo de las caracolas.
Te sentías seguro en sus manos, protegido por la mirada noble y bondadosa del padre.
Detrás de su existencia sólo había una debilidad única: tú.
En el pasado fuiste feliz con la tranquilidad de aquellos sueños, todas las promesas:
habitaba en tu mente un bosque inmenso y siempre te asombrabas con el murmullo de las caracolas.
Te sentías seguro en sus manos, protegido por la mirada noble y bondadosa del padre.
Detrás de su existencia sólo había una debilidad única: tú.
Nunca más brillarán los ojos como entonces,
víctima de una infancia demasiado perfecta.
víctima de una infancia demasiado perfecta.
De "Un intruso nos somete", 1997
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