Vivimos muy deprisa... demasiado deprisa, tanto que cuando nos queremos dar cuenta hemos cruzado gran parte de nuestra vida sin casi haber apreciado las pequeñas cosas, lo que realmente importa y nos llena. Desde aquí robaré un soplo al tiempo para los susurros y suspiros, los mios y por supuesto los tuyos.
lunes, 21 de marzo de 2011
Amiga
Amiga,
siempre ofreciendo tu sonrisa, ocultando el llanto
detrás de la puerta,
tus brazos esperan ofrecer el abrazo,
ansias ocultas, sentimientos desbordados,
caricias de terciopelo, temores agazapados.
Mirada cristal cielo inmenso, ventanas de un universo,
palabras tiernas profundas,
ecos de muchas inquietudes juntas.
Labios de beso dulce,
manantial de eterno deseo,
caminando entre sombras luz de destellos,
gaviota errante, sobre un mar de sueños,
luz de luna llena en la noche eterna.
Susurro de silencio, naufraga del viento,
tu sonrisa oculta el llanto,
el miedo se oculta en tu abrazo.
Quisiera poder decirte con mis ojos,
algo así como, «de acuerdo estoy aquí,
a tu lado, para que no tengas miedo,
al miedo de estar solos,
solos en el universo».
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